La microgeneración de energía eléctrica mediante instalaciones fotovoltaicas viene ganando terreno en el Uruguay. Federico Martino, director de SES, en entrevista con Verde, dijo que dicho crecimiento se sustenta en beneficios tributarios, en el ahorro en energía y en poder vender la energía sobrante a UTE.

¿Cómo se puede definir a la empresa?

SES es una empresa de capitales uruguayos que se dedica a la elaboración de proyectos llave en mano de energías renovables y estudios de eficiencia energética.

Nos encargamos desde la ingeniería financiera hasta lo que tiene que ver con la Ley de Inversiones. De la tramitación, la elaboración, la presentación frente a la COMAP y también de toda el área técnica del proyecto fotovoltaico: desde el montaje, la instalación, el mantenimiento y el seguimiento de las obras.

¿Desde cuándo están operando en el mercado?

Desde el año 2013, pero este es un año en el que esperamos tener un crecimiento importante. Hemos terminado ya cuatro proyectos y además estamos en la construcción de cuatro proyectos en todo el país, que es lo que nos interesa, estar en varios puntos del Uruguay y no concentrarnos en uno solo.

¿En qué rubro están concretamente esos proyectos?

Los rubros son variados: apuntamos a cualquier tipo de empresa que tribute IRAE ya que con la Ley de Inversiones se hace muy beneficioso. Entonces se hacen proyectos para el agro, industria, logística, comercio, servicios, fábricas; cualquier tipo de rubro sirve, siempre y cuando tribute IRAE, porque la rentabilidad del proyecto fotovoltaico se torna más atractiva y es más eficiente a la hora de hacer la inversión para el cliente.

¿Qué números se pueden manejar para lo que es la inversión en energía fotovoltaica?

Los precios varían según las características del provecto. Nosotros hacemos proyectos llave en mano y a medida de las necesidades del cliente. Puede ir desde los USD 2.400 el kilovatio instalado a USD 3.000, depende. Hemos hecho techos, galpones desde cero con paneles arriba, sombra para animales, ahí el precio varía un poco.

Lo bueno es que la Ley de Inversiones permite una exoneración de renta en los proyectos, que va entre 30% y 40% de la inversión de paneles y de alguna otra inversión que uno le quiera asociar. Entonces ahí se torna atractivo y los repagos van desde el año 1 hasta el año 7, más o menos. Va a depender de las características del proyecto de cada cliente.

El objetivo es ser autosuficiente en energía o un mix y venderle a UTE. ¿Cómo funciona toda esa operativa?

La autosuficiencia tiende a ser bastante difícil porque la reglamentación te permite instalar hasta la potencia que tenés ya instalada y por lo general uno nunca tiene mucha potencia sin necesidad, entonces por ahí se limita un poco.

«la Ley de Inversiones permite una exoneración de renta en los proyectos, que va entre 30% y 40% de la inversión»

Lo bueno es que UTE te compra la energía que te sobra y eso favorece la inversión. Esto hace que uno aproveche toda la energía que está generando, donde lo que se busca es disminuir el consumo que uno tiene en UTE y tratar de aprovechar al máximo posible la generación de energía fotovoltaica

¿Cuánto puede llegar a disminuir ese consumo en UTE?

Es bastante a medida, pero el ahorro ronda entre 20% y 40%, depende de la empresa, del tamaño del proyecto y del dimensionamiento de su potencia. Porque si un cliente consume 10 kilovatios y tiene 20 kilovatios de potencia contratada, si instala 20 kilovatios seguramente va a tener un impacto muy grande en la factura. Si uno está en el límite ahí se reduce un poco.

¿Es una tecnología que viene ganando terreno?

Sí, por suerte creo que año a año tanto nosotros como nuestros colegas venimos de a poco creciendo. Es algo que no es fácil de visualizar por parte de los empresarios, con un poco de desconfianza al principio, como todo, ya que es tecnología nueva en el país, aunque en el mundo está comprobada hace muchos años.

Además, creemos que con la ayuda de la Ley de Inversiones va a tener un crecimiento mayor todavía.